Amigos Enfrentados

Amigos Enfrentados
¿Por qué se rompe una amistad?

lunes, 18 de enero de 2010

Capítulo 5: CONEXIÓN

Marc siguió mirándome fijamente, en sus ojos se veía furia y miedo. No entendía muy bien porqué, este silencio que había en la habitación lo hacia todo mas difícil, por lo que me dispuse a hablar con él.
-Marc, ¿no vas a volver a ir al instituto nunca más? La verdad que Emma os echa mucho de menos allí, se le nota al hablar, todo el rato mirando hacia vuestra mesa-dije seriamente-. A propósito soy vuestra compañera de pupitre, me pusieron entre vosotros dos-dije sonriendo dulcemente, el miedo que había sentido anteriormente ahora ya había desaparecido.
El seguía mirándome fijamente, sin decir nada, pero había cambiado algo en su mirada, ya no me miraba con furia. El miedo también había desaparecido; en cambio había una chispa de felicidad en ellos, noté como relajaba su cuerpo, acercándose a la cama y sentándose en ella. Me acerqué con cuidado y me senté a su lado, a unos pocos centímetros de él, pero mi cuerpo sentía como si el suyo lo llamase con una corriente muy potente. Los dos nos quedamos mirándonos anonadados y simultáneamente, casi sin darnos cuenta, nuestras cabezas se fueron juntando, aproximando nuestros labios. Estábamos apenas a dos centímetros de besarnos cuando llamaron a la puerta.
-Chicos, abridme, que ya terminé la llamada y me habéis dejado aquí fuera-dijo soltando una risita nerviosa.
Marc se levanto de la cama y abrió la puerta lentamente, dejándola pasar. Esa conexión que había notado entre él y yo había desaparecido de repente, dejando paso a una gran confusión. Intercambiamos unas miradas y Emma pareció notarlo.
-¿Qué sucedió en mi ausencia chicos?-nos miró fijamente-. Os noto raros. ¿No la habrás conquistado a ella también como a todas las demás, verdad Marc?- lo miré seriamente-. Con ella quiero que no te comportes como un casanova, es mi amiga y no quiero que le hagan daño.
¿Su amiga? pero si apenas me conocía de dos días. Marc la miró igual de sorprendido que yo, sin poder creerse que me defendiera así, del que era uno de sus mejores amigos.
-Emma tranquila nadie ha conquistado a nadie- dije sonriendo tímidamente-. Así que no hace falta que te enfades con él.
-No estés tan segura de eso- dijo Marc en un susurro. ¿Qué no estuviera tan segura de qué? ¿A quién de las dos se lo decía y sobre qué? No entendía nada, de verdad, pero pareció que Emma se calmó un poco con Marc. Estuvimos otro rato con él, y cuando empezó a oscurecer parecía echarnos de su casa, por lo que no insistimos. Nos fuimos rápidamente, no sin que antes él le prometiera a Emma que al día siguiente iría al instituto. Se notaba que no quería ir, pero Emma le insistió tanto que al final dijo que sí solo porque lo dejase en paz. También le dijo que hablara con su madre, porque estaba preocupada por no haberle visto en dos días a pesar de haber estado en su casa. Y que comiese algo, que tenía mala cara. Al oír esto, la cara de Marc cambió. Volvió a ponerse serio, con un deje de tristeza, pero asintió sin decir nada más.
Salimos de su casa y mientras caminábamos por la calle, no hacia más que girarme intentado volver a verle antes de perder el edificio de vista. Suspiré, no quería irme… Pero era tarde y mis abuelos empezarían a preocuparse sino llegaba. Al final no pude resistir más y tuve que hablar.
-Mañana podríamos acompañar a Marc a casa, para que no pase tanto tiempo solo, no es tan egocéntrico ni malo como me había imaginado- dije sonriendo a Emma-. Lo que noto es que es un poco… solitario, ¿no?
-¡Qué va! Marc no es así para nada. No sé que le habrá picado hoy, pero él es de lo más sociable. Siempre está rodeado de gente y habla con todo el mundo. Supongo que serán las secuelas de haber estado enfermo lo que le haga comportarse así… Pero de todas formas, mañana querría ir a ver a Peter. Ya sabemos que Marc va a ir mañana al instituto, pero si Peter no aparece, deberíamos ir a su casa después de clase. Si eso pasa, le diré a Marc que nos acompañe. A él también le extrañó mucho que Peter tampoco hubiese ido a clase…
- La verdad es que es un poquito raro, ¿no? Y debe tener un gran oído cuando me oyó fuera de su cuarto, ni tan siquiera hablé.
- Ahora qué lo dices es cierto. Nunca me lo habría imaginado de él, suele ser bastante despistado. Hay veces que estás detrás de él, lo llamas, y ni se entera.
Emma se quedó pensativa mientras seguíamos andando. Llegamos hasta el cruce donde nos desviábamos para ir cada una a su casa y nos despedimos. Caminando hacia mi casa seguí pensando en Marc. En sus ojos negros y profundos. En sus rasgos marcados. En lo suave que noté su piel en el abrazo… ¡Arg! ¿Qué me pasaba? Nunca le había prestado atención a ningún chico y llega Marc, con su sonrisa radiante, con su cara y su cuerpo perfecto, su mirada de ángel… ¡Buf! Ya estoy otra vez. No, lo que debo hacer es no pensar en él, no tiene nada que ver conmigo, y ya oí a Emma, no quería que fuese otra de sus conquistas… ¿Con cuántas chicas habrá estado? Probablemente con más de las que yo haya conocido en mi vida, y no me extrañaría, con ese cuerpo… ¡Ay! ¡Qué no debo pensar más así!
Mientras estaba con mis cavilaciones llegué a casa. Mis abuelos estaban cenando, me dijeron que me habían intentado esperar, pero como no llegaba habían empezado. Miré el reloj y no eran ni las 6. Típico de los ingleses, cenar a estas horas. En España habría gente que todavía estaría hasta con el café.
Me senté, y mis abuelos me preguntaron que tal el colegio. Les contesté que bien, y que ya había hecho una amiga, así que no había tenido mucho problema en adaptarme. Ellos se alegraron, porque pensaban que debido a lo que les había pasado a mis padres probablemente estaría más retraída, pero vieron que no.
Después de cenar subí a mi habitación e hice mis deberes. Me acosté temprano porque notaba que me pesaban los parpados. Demasiadas emociones en un mismo día, pensé para mí. Me puse música para dormir mejor, sin oír el ruido de una suave lluvia que había empezado a caer, mientras me dejaba llevar por un profundo sueño…

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