Amigos Enfrentados

Amigos Enfrentados
¿Por qué se rompe una amistad?

martes, 12 de enero de 2010

Capítulo 3: PRESENTIMIENTO

Emma iba un poco triste y desilusionada, si que debía de querer a esos chicos para estar así por no verles en un día, eso hizo que recordara a mis amigos, ellos en España y yo aquí perdida, sabiendo que sin ellos no podría con todo, pero no debía de ser egoísta, tenia que entender nuestra separación y la distancia que había por medio.
Emma y yo seguimos paseando, sabia que se quedaba con las ganas de ir a casa del otro chico, Marc, creía recordar de por la mañana que me los había nombrado, intentaba ponerles cara, imaginándomeles guapos, aun así engreídos, el típico chico que sabe que tiene a todas en el bote y no hace mas que creérselo, los cuales se volvían insoportables. Esperaba que a Emma se le pasara un poco el énfasis que tenia en presentármelos, la verdad a mi no me corría ninguna prisa por conocer dos egocéntricos mas en mi vida.
Estaba empezando a oscurecer y Emma se ofreció acompañarme a casa para que no me perdiera por las calles de Windsor. La verdad es que con ella me sentía a gusto y no despreciaba tanto este lugar como había llegado a creer el primer día, ella hacia que mis horas no fueran tan dolorosas allí sin la gente que había compartido conmigo todo durante muchos años. Llegué a la puerta de mi casa, me despedí de Emma con una sonrisa y entré en casa, mis abuelos se encontraban en el salón viendo la televisión. Les di las buenas noches y subí a mi cuarto sin cenar, no tenia apetito, sólo ganas de tumbarme en mi cama y llorar. Echaba tanto de menos a mis padres… sabía que me iba a resultar doloroso, pero notaba como si en mi interior faltara algo, notaba un gran vacío que me oprimía doliéndome más.
Al día siguiente me desperté con la ropa puesta y abrazada a mi almohada como si fuera mi mayor tesoro, me había quedado dormida del cansancio del día y de las lágrimas que había derramado, me di una ducha rápida, me vestí y salí hacia el instituto, llegué cinco minutos antes de que tocara el timbre. Volví a tener clase de literatura, esa mujer iba a volverme loca seguro, y vi que mis compañeros y amigos de Emma volvían a faltar. ¿Estarían bien o les habría ocurrido algo para faltar dos días?
Vi que entraba Emma a clase y miraba a las mesas vacías de sus amigos, poniendo cara de preocupación. Sabía que andaba desquiciada y comiéndose la cabeza por intentar adivinar que les había sucedido a sus amigos estos días y porqué no habían ido a clase. La clase pasó sin muchos incidentes, agradecí que la profesora de literatura me hubiese dejado tranquila y no me agobiara a preguntas como ayer. Al salir de la clase hablé con Emma, para que no estuviera tan preocupada por sus amigos, se le notaba demasiado en la cara.
-¿Estás bien Emma?- dije mirándola preocupada-. No te preocupes, ya verás como no es nada grave.
-Es que ellos no suelen faltar nunca, ni siquiera cuando se encuentran mal y si están malos me llaman para decírmelo-dijo tristemente.
No sabía qué decir para animarla. Parecía muy abatida, así que le sugerí de visitarlos de nuevo, a Marc o a Peter, incluso a ambos, le dije de ir a su casa y verlos, no sólo hablar con sus madres para ver como estaban. Si tenían algo grave se lo habrían dicho a ella, ¿no?
Ella se emocionó al oírme, me comentó que no me había dicho nada porque no sabía porqué, me notaba incómoda cuando hablaba de ellos. Yo puse la mejor cara que pude y le dije que era por todo eso de ser nueva… No quería ser egoísta, así que cuando acabó la mañana, las dos fuimos a casa de uno de ellos, de Marc esta vez.
Llegamos a casa de Marc, una casa bastante antigua, pero a pesar de ello hermosa. Me maravillé al verla, aunque pensé, ¿guapo, listo y con dinero? Con razón todas las chicas van detrás de él. Tocamos al timbre y esperamos.
- ¡Hola Emma! –Saludó una mujer al abrir la puerta-. ¿Qué haces aquí?
- He venido a ver a Marc, señora Britt, me tiene preocupada por no ir a clase. ¿Se encuentra muy mal?
- Pues la verdad es que no lo sé cielo. Anteayer llegó muy tarde a casa y subió directamente a su habitación encerrándose en ella. No ha salido ni para comer y no nos deja entrar. Puede que si vas tu y… ¡oh! Lo siento cielo, no me di cuenta de que tenías compañía, ¿quién es esta guapa jovencita que te acompaña?
- Se llama Charlotte Other, llegó hace un par de días desde España. Va a pasar una temporada con sus abuelos.
- ¿Y cómo es eso, cariño? –Me preguntó la mujer, mientras yo pensaba rápidamente una respuesta. Se me llenaron los ojos de lágrimas y las dos me miraron extrañadas.
- Esto… necesitaba un cambio de aires.
Emma me puso una mano en la cintura.
- ¿Te encuentras bien?
- Sí, no es nada, no te preocupes. Es… que me cuesta adaptarme un poco. Pensé que sería más fácil estar aquí, pero me está costando un poco…
Miré hacía otro lado mientras Emma y la madre de Marc seguían hablando de cosas que yo no tenía ni idea, y empecé a pensar en mis padres, no lo podría evitar. No sabía si hacía bien no hablando de ellos, pero todavía no estaba preparada para contarlo.
Emma me llamó y la miré preguntándome qué pasaba.
- ¡Vamos! –Me cogió del brazo y entramos en casa de Marc. Su madre cerró la puerta cuando entramos y nos miró.
- Emma, ya sabes dónde está su habitación. Prueba a ver si a ti te deja entrar, porque yo ya no sé que hacer con él.
Me llevó escaleras arriba, y no sé porqué, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y un extraño nudo se instaló en mi estómago. Tuve un mal presentimiento… como tuve el día que mis padres tuvieron el accidente...

No hay comentarios:

Publicar un comentario