Amigos Enfrentados

Amigos Enfrentados
¿Por qué se rompe una amistad?

lunes, 1 de febrero de 2010

Capítulo 13: COMPRENSIÓN

Los chicos no dejaron de mirarse con odio, puro odio, las dos necesitamos explicaciones y respuestas de lo ocurrido ahora, por lo que no podía dejar que ellos siguieran con esas miradas sin decirnos nada.
-Dejar de miraros así y explicarnos las cosas –dije enfadada, hacia mucho que no me sentía tan enfadada con alguien.
-Charlotte no te puedo explicar mas de lo que ya te explique el otro día en mi casa, aunque creo que a Emma si, vi que guardaste mi secreto como te pedí y te lo agradezco Charlotte, pero creo que es hora de que mi mejor amiga sepa que soy, ya que Peter lo descubrió el primer día que nos volvimos a ver.
Se giro hacia Peter mirándole rápidamente y se giro hacia Emma mirándola fijamente, yo seguía abrazándola, mientras notaba que sus temblores pasaban poco a poco.
-Emma-dijo sereno- los días que falte a clase realmente no estaba enfermo, pero me ocurrió algo peor, salí a pasear por el sendero del bosque, note algo raro en el bosque, algo que se movía rápidamente y ágilmente y no recuerdo mas que encontrarme tirado en mitad del bosque, tarde en darme cuenta de lo que me había ocurrido, solo me di cuenta cuando empecé a notar la sed quemándome la garganta, me alimente de un animal- paro de hablar agachando la mirada al suelo- ahí me di cuenta de que me habían convertido en un monstruo, por eso no quería salir de mi habitación, pero llegaste con Charlotte a mi casa y no pude resistirme a no volverla a ver-paro de hablar- esa es mi historia.
Emma me abrazo con mas fuerza, pero se que ya no era de miedo si no de pena por lo que le había ocurrido a su amigo Marc, se soltó de mis brazos dirigiendo una mirada furiosa a Peter.
-Creo que ahora deberías contar tú lo ocurrido y explicárselo a los dos o por lo menos a Charlotte, Marc ha sido sincero con todos y tú deberías hacer lo mismo- dijo bruscamente y volvió abrazarme.
-Tienes razón Emma, debería ser sincero como lo ha sido el gran Marc-dijo de repente Peter- a lo mejor mi historia no os gusta tanto como la de él-dijo acercándose a nosotros- aunque en verdad es muy parecida.
Nos miraba preocupado, y parecía no estar seguro de lo que estaba a punto de hacer. Miró a Emma y ella le asintió, diciéndole que esto era algo que debía hacer.
- Vereis... una noche iba por el bosque, solo. Había salido porque mi madre me había mandado a un recado y era más rápido si atajaba por allí. De pronto, un animal, saltó sobre mí y me mordió. Yo lo empujé y eché a correr, huyendo de él. Cuando me había alejado lo suficiente, me paré a recobrar el aliento y... no sé, noté como si tuviera fiebre, pero fiebre muy alta. Las piernas me fallaron, caí al suelo e intenté gritar para pedir ayuda, pero lo que salió de mi pecho no fue mi voz. Me miré y me encontré totalmente cubierto de pelo. También me di cuenta de que iba a cuatro patas en vez de a dos. No entendía exactamente lo que pasaba, pero oí que el riachuelo que cruza el bosque pasaba por allí cerca, así que decidí asomarme para ver que me había pasado. Y mi sorpresa no pudo ser mayor cuando vi que me había convertido en un... lobo. Un asqueroso lobo. Tenía ganas de matar a todo el mundo, así que en cuanto recuperé mi forma de humano corrí hasta casa y me metí en mi cuarto. A lo largo de la noche me transformé varias veces. Incluso a otra mañana, sin luna, me seguía transformando. Por eso me quedé encerrado en mi cuarto sin salir. Me daba miedo herir a alguien -suspiró un poco, y respiro profundamente antes de continuar.
- No sé exactamente como funciona esto, sólo sé que no es como en las historias de terror que he leído, donde sólo se transforman en luna nueva. Yo me puedo transformar en cualquier momento y lugar, sólo con alterarme un poco. Por eso me da miedo salir a la calle... por lo que pueda pasar.
Emma y yo quedamos un poco más relajadas después de escuchar ambas explicaciones. Si lo pensabas detenidamente, era una locura. Sino los hubiera visto con mis propios ojos, no creería una palabra de todo esto. Una duda empezó a surgir en mi cabeza, así que me dirigí de nuevo a los chicos.
- Una cosa que no termino de entender – todos levantaron la cabeza en mi dirección cuando comencé a hablar- es porque ustedes dos se odian de esta manera. Porque no pueden permanecer uno al lado del otro sin enfadarse.
- Pues... yo tampoco termino de entenderlo -dijo Marc-, sólo sé que cuando estoy junto a Peter, algo de su olor me hace querer atacarlo. No puedo evitarlo, es algo más fuerte que yo.
- A mí me pasa exactamente lo mismo. -contestó Peter- Su olor hace que me transforme. No sé por qué, pero algo dentro de mí no deja de repetirme que tengo que encargarme de él. Sé que es mi amigo y eso, pero no puedo evitarlo.
- Pero... eso no puede ser -esta vez fue Emma quién habló-. Vosotros sois muy amigos, algo así no debe afectaros de esa manera.
- Ni yo mismo lo entiendo Emma -dijo Peter-. Sólo sé que estoy aquí y nada más de ver a Marc y percibir su olor, me entran ganas de abalanzarme sobre él... -se puso de pie y se limpió un poco su ropa- Creo que lo mejor será que me vaya chicos. No creo poder aguantar mucho más si sigo aquí... lo siento mucho Marc, en serio -miró a Marc y su cara reflejaba dolor. Marc sólo asintió- ¿Emma vienes?
Emma se levantó y se fue con él. Me miró y en su cara se reflejaba que lo sentía mucho, pero la entendía. A mí me pasaba lo mismo con Marc. Quería estar con él y apoyarle. No sabía que iba a suceder. No podríamos ir los cuatro juntos a ningún sitio, a no ser que aprendieran a controlarse, y por lo que habían dicho, iba a ser muy difícil. ¿Sería esto el fin de nuestra amistad?

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