Amigos Enfrentados

Amigos Enfrentados
¿Por qué se rompe una amistad?

lunes, 8 de febrero de 2010

Capítulo 17: MENTIRAS

No me esperaba sentir los labios de Daniele en los míos, muy amablemente me acompaño a mi casa, dándome un dulce beso, le vi marcharse, alejarse de mi lado y mi miedo y tristeza volvieron a mi, apoderándose de mis pocas fuerzas, subí las escaleras entre sollozos, me tumbe en mi cama dejando que todas mis enfurecidas lagrimas salieran, no pegue ojo en toda la noche, pensando en los momentos tan bonitos y mágicos que había vivido al lado de Marc; la relación que había mantenido con él había sido la mas larga e importante para mí; aunque sabia que para él solo había sido un juguete no podía dejar de amarle.
La felicidad que había sentido con él me había llenado única y enteramente, aunque el dolor que me había dejado detrás era el mas horrible y doloroso que todo mi cuerpo y alma habían sentido.
La noche paso lentamente, haciéndome cada instante más eterno que el anterior; vi en el reloj de la mesilla que eran las 8:00, me levante de la cama, poniéndome el chándal, dispuesta a dejar todos los horribles recuerdos y el dolor en la cama; salí por la puerta sin rumbo fijo poniéndome a correr; llegue hasta un parque enorme y precioso, lleno de flores con colores únicos, me fije en la hora, había estado corriendo una hora entera sin notar cansancio, cosa rara ya que en los últimos meses no me había alimentado nada bien; me senté en un banco cerrando los ojos, relajando todo mi cuerpo, cuando note que alguien se sentaba a mí lado; abrí los ojos de golpe y mi sorpresa fue encontrarme a Marc a mí lado, sus ojos mostraban un gran dolor, se le veía muy desmejorado, eso hizo que mi corazón diera un vuelco enorme.
-¿Qué haces tu aquí?-pregunte duramente-¿no te dije que te fueras y que no quería volver a verte?
-Lo siento, estaba paseando por el parque cuando te vi llegar-dijo con los ojos llorosos-no he podido evitar venir a verte.
-Yo no quiero verte-dije apartando mi mirada de la suya.
-Te dije que lucharía por tu perdón, aunque fuera lo ultimo que hiciera-dijo agarrando mi mano.
-Es demasiado tarde Marc-aparte mi mano de la suya-estoy con alguien, intentando rehacer mi vida.
-¿Cómo que estas con alguien?-dijo casi sin aliento- eso no puede ser, nadie te amara como te amo yo.
-Daniele es un encanto-dije intentando parecer animada-además que te quede claro, tú no eres el ombligo del mundo.
Me levante del banco dejando a Marc todavía allí sentado, note un gran impulso de volver mi cabeza y mirarle por ultima vez, pero resistí, siguiendo hacia delante sin detener mi paso, no sabia porque le había dicho nada de Daniele.
Cuando caminé un par de metros me llamaron por mi nombre. Me giré sorprendida y encontré a Daniele, que me saludaba y venía hacía mí. Me detuve y le sonreí mientras esperaba. Entonces me tiraron del brazo llevándome hacía otro lugar, y vi que era Marc quién lo hacía. ¿Pero qué se creía éste? Intenté soltarme, pero no pude, apretó más su agarre haciéndome un poco de daño.
- ¡Marc, suéltame! Me estás haciendo daño -le grité. Toda la gente que había allí se puso a mirarnos, por lo que Marc se detuvo, pero se puso frente a mí, impidiendo a Daniele acercarse, quien al verme así, aceleró al paso y nos alcanzó enseguida.
- ¿Qué haces aquí? -le dijo Marc a Daniele. Yo me quedé helada. ¿Acaso se conocían?
- Nada que a ti te importe, amiguito. Tu me quitaste a Elisabeth, lo menos que puedo hacer yo es pagarte con la misma moneda -Elisabeth… Elisabeth… ¿dónde había oído yo ese nombre?- Ella me dejó por ti. No eres quién para echarme nada en cara.
- ¡Entre Elisabeth y yo no pasó nada! -gritó Marc, entonces caí. Elisabeth era la chica vampiro que nos encontramos en el bosque. ¿También conocía a Daniele?- Ella se montó una fantasía de los dos en su cabeza, pero nada sucedió.
- ¡Me da igual! Sólo sé el daño que me causaste. Y entonces conocí a Charlotte. Ella volvió a alegrarme la vida -Daniele me sonreía mientras decía esto, pero era una sonrisa extraña. Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. No sabía si irme o quedarme a ver como acababa esto.
- Charlotte es mía, ¿me oyes? ¡Mía! No pienso dejar que la utilices en tus jueguecitos -¿De qué estaba hablando Marc? No hacía más que mirar a uno y a otro, intentando aclarar algo…
- A ver, chicos, ya está bien. ¿Queréis explicarme de qué va esto? Marc, te dije que me olvidaras, así que no se te ocurra volver a decir que soy tuya, ¿vale? -avancé, quitándome de detrás de Marc y avancé hasta Daniele- y tú Daniele… me tienes confundida. ¿Por qué no me dijiste que conocías a Marc cuando te hablé de él?
- No sabía que era el mismo Marc, cielo -avanzó hacía mí y cogió mis manos.
- Claro, total, ¿cuántos Marcs hay en Windsor que se ajusten a su descripción? Seguro que en cada casa tienen uno de serie -le respondí con sarcasmo. Estaba empezando a enfadarme. ¿Por qué me había ocultado algo así? Ahora no sabía si confiar en él, por si me estaba utilizando o lo hacía por despecho por lo que le había hecho Elisabeth con Marc.
- No cielo, pero sabía cuanto te dolía hablar de él, y lo que menos quería era volver a hacerte pasar por aquello. Sé cuanto sufriste, porque yo pasé por lo mismo. Déjame ayudarte a olvidar. Déjame quedarme a tu lado… -Me abrazó y yo me quedé quieta. La verdad es que no sabía que pensar. Estaba todavía decidiendo cuando noté un empujón y como Daniele se alejaba.
- ¡Suéltala maldita garrapata! Te he dicho que no te acerques a ella. -Marc me tenía sujeta por los brazos, mientras tenía la cabeza girada hacía Daniele. Yo lo miré petrificada. Su hermoso rostro estaba transformado por la ira. Estaba tan asustada que no me atreví a moverme, por temor a que me hiciera algo. Marc debió de notarlo, porque me miró, relajó su cara y se me acercó lentamente- No te asustes de mí. Te prometí hace tiempo que nunca te haría daño.
- ¿Qué nunca me harías daño? Ya me lo hiciste Marc, y duele mucho más que un cardenal por apretarme un brazo. Nunca te imaginarás por todo lo que he pasado. Y deja también a Daniele. Ya soy mayorcita, ¿sabes? Puedo cuidar de mí perfectamente.
- Lo dudo. Creo que la idea de Daniele está muy alejada de hacerte feliz…
- ¿Qué es lo que has dicho? ¿Cómo estás tan seguro de ello? -le contestó Daniele. Yo estaba en verdad preocupada por él, si Marc quería hacerle daño, no podría detenerle.- lo único que yo quiero es que Charlotte te olvide y podamos empezar una relación juntos, dejando todo el dolor atrás.
- Pues algo me da a mí que todo lo que dices es una sarta de mentiras. -Marc parecía tenso, pero a la vez, tenía una sonrisita de suficiencia, como si supiese algo que los demás no. Como si hubiera pillado a Daniele en una trampa.
- ¡Ah, sí! ¿Qué te hace pensar eso? -volvió a contestarle Daniele. Me miraba preocupado, porque yo seguía todavía en brazos de Marc y no me había movido ni un centímetro.
- Pues… que Elisabeth está escondida ahí detrás. Parece que está esperando algo porque nos mira expectante. Y te puedo asegurar que yo no la invité…

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