Amigos Enfrentados

Amigos Enfrentados
¿Por qué se rompe una amistad?

sábado, 13 de febrero de 2010

Capítulo 19: ESCONDIÉNDOSE

Llegamos a Windsor y Marc me acompaño a casa, no sabia como podían reaccionar mis abuelos después de haberles dicho que ya era mayor de edad y autosuficiente para vivir sola, y ahora me veían de regreso.
-Marc me da miedo que mis abuelos me rechacen y no quieran admitirme en su casa-dije abrazándole- son mi única familia y se que no me debería de haberme ido de su lado pero me encontraba muy mal.
-Tranquila princesa-me abrazo dulcemente- ya veras como ellos se reciben con los brazos abiertos, aunque no hayas estado mucho tiempo junto a ellos te quieren y dudo mucho que te echen de su lado, así que cálmate-me beso la frente y toco el timbre.
Espere impaciente a que mis abuelos me abriesen la puerta, Marc debió de notar mi temblor por los nervios y me aferro mas a él dándome fuerzas, vi que la que abría era mi abuela, me lance a ella abrazándola.
-Abuela lo siento mucho por irme-seguí abrazada a ella-por favor perdonarme el abuelo y tu, me gustaría volver con vosotros aquí- note como mis lagrimas salían de mis ojos mientras abrazaba a mi abuela.
-Claro que te dejamos que vuelvas nuestra preciosa pequeña, eres nuestra nieta, no podríamos abandonarte y sabemos que necesitabas irte y despejar las ideas- me sonrío dulcemente-las puertas de esta casa siempre estarán abiertas para ti.
Entre al hall de la casa, mientras mi abuela iba avisar a mi abuelo de que había vuelto, me gire hacia atrás para mirar si Marc me seguía de cerca. Entonces una duda asaltó mi mente.
- Creo que tu plan tiene un fallo. Dices que si no invito a uno de los tuyos no puede entrar a casa… Pero yo no recuerdo haberte invitado a ti.
- Sí lo hiciste, sólo que no lo recordarás –sonreía mientras me decía esto-. La primera vez que vine, te miré por la ventana y aunque quería entrar, no podía. Tú dormías, y en sueños dijiste “Marc, ven conmigo”, y eso hice. No es que fuese una invitación propiamente dicha, pero sí lo suficiente como para poder estar a tu lado.
Me sonrojé al decir esto, pero él se acercó a mí y me abrazó dulcemente
- No sientas vergüenza. No recuerdo una noche más feliz que esa, al ver que hablabas de mí en tus sueños. Y no creo que en tus sueños hables así ni de Elisabeth ni de Daniele.
- Tranquilo, lo tendré en cuenta. Quiero vivir mucho tiempo para estar contigo –me abracé a él y descansé en sus brazos mientras Marc me acariciaba el pelo.
- Me tengo que ir a casa, llevo una temporada fuera y mis padres estarán que muerden –dijo con una gran sonrisa en la cara- Esta noche vendré a visitarte sin que tus abuelos no enteren, no quiero que piensen mal de mí. Recuerda dejar la ventana abierta.
Yo le asentí y él me dio un suave beso antes de marcharse. Lo seguí con la mirada y cuando cerró la puerta, me giré, y vi como mis abuelos me sonreían.
- ¿Así que él ha sido el causante de todo este revuelo? –me dijo mi abuelo mientras se acercaba a mí y me abrazaba. Yo me sonrojé notablemente mientras les asentía, feliz por volver a verles- Bueno, me alegro de que todo se haya arreglado. Te hemos echado de menos, pequeña.
- Sí, yo también me alegro de volver. Ahora mismo sólo me apetece pegarme una ducha y echarme un rato en la cama. Los viajes en avión me dejan reventada.
Ellos me dejaron tranquila para que yo me organizase como quisiera. Me alegraba mucho de estar allí de nuevo, sabiendo que todo se había solucionado con Marc. Pero me quedaba una espinita: Emma. Decidí llamarla para intentar aclarar las cosas con ella. No quería perder su amistad sólo porque los chicos tenían “problemas”. Me decidí finalmente y cogí mi móvil. Salió que su teléfono estaba apagado. Probé un par de veces más sin éxito, así que decidí llamar a Peter. Me pasó lo mismo. Yo empecé a preocuparme, no era normal que estuviesen los dos desconectados, así que llamé a Marc, para que viniese pronto. Necesitaba hablar con él, para que me acompañase a casa de Emma a visitarla, porque me daba miedo ir sola.
Marc me contestó al segundo toque, y me dijo que en un rato estaría por allí, que estaba hablando con sus padres y no sabía cuando podría salir de casa. Me metí a duchar para hacer un poco de tiempo y cuando salí me puse a colocar mis cosas. Entonces un sonido en el cristal de mi habitación me sobresaltó. Me asomé por la ventana y me encontré con Peter, para mi sorpresa y asombro.
- Peter, ¿qué os pasó? Os he intentado llamar a ti y a Emma y me salía que todo estaba apagado.
- Hemos tenido que prescindir de los móviles –me contestó- y creo que vosotros deberíais hacer lo mismo. Unos “amigos” vuestros han estado rondando por aquí y parece que saben demasiado de las tecnologías. Tuvimos que apagarlos y deshacernos de ellos porque nos localizaban por la señal del teléfono.
- ¿Unos amigos nuestros? –Me sorprendí- Pero si acabamos de llegar, no hace ni tres horas que estoy en casa. Y aquí apenas conozco a nadie, no sé de quién hablas.
- ¿Si te digo que son amigos de Marc recién llegados de España lo entenderías mejor? –Mi cara debió ser lo bastante concluyente, porque siguió hablando sin esperar que le contestase- Si bajas te lo explicaré todo con más claridad.
- No puedo salir. Por lo menos no sola. Tengo que esperar que venga Marc, porque me han amenazado y me da miedo exponerme de esa manera.
- ¿Marc tiene el móvil encendido? –Asentí- Pues llámale, dile que vas conmigo y que estaremos en nuestro sitio de siempre, y que esté tranquilo que yo te puedo proteger mejor que él. Emma está allí, llevamos unos días escondidos porque tuve un presentimiento, y parece que acerté. Después le dices que apague el teléfono y lo deje en su casa, y tú igual, no quiero que nos encuentren.
Cogí mi teléfono nerviosa y le llamé. Me contestó diciendo que todavía no podía venir, y le conté todo lo que Peter me había dicho. Enmudeció al otro lado de la línea, lo que me dejó preocupada.
- Marc, ¿estás bien? –me iba poniendo cada vez más nerviosa.
- Charlotte, coge algo de ropa y ve con Peter. Apaga el teléfono y haz todo lo que él te diga. Confío en él a pesar de lo que ha pasado, sé que no te haría daño.
- ¿Y qué le digo a mis abuelos? Acabo de llegar, no creo que les haga gracia que desaparezca así como así.
- Diles que Emma te ha invitado a un camping unos días, que necesitas hablar con ella después de tanto tiempo fuera. Seguro que lo entienden. –Suspiró profundamente antes de seguir hablando- Por favor, Charlotte, ten cuidado. Yo iré en cuanto pueda, te lo prometo. No dejaré que nadie te haga daño.
- Hablaré con mis abuelos a ver qué dicen. Supongo que me dejen irme. –Me encontraba acongojada con todo lo que estaba pasando. ¿Cuándo iba a acabar esta locura?- Ten cuidado tú también Marc. No soportaría que te pasara algo.
- No te preocupes por mí, se cuidarme bastante bien sólo. Nos vemos en un rato, Charlotte. Te quiero… -colgó el teléfono después de estas palabras. Yo me quedé sorprendida por lo que me acababa de decir. ¿Me quería? No pude evitar sentirme feliz a pesar de lo tensa que estaba la situación. Me quedé un ratito ahí embobada hasta que recordé que me estaban esperando.
Me asomé por la ventana y le hice una señal a Peter de que me esperase hasta que me preparaba. Hablé con mis abuelos y se alegraron mucho de ver que Emma y yo recuperábamos nuestra amistad, porque recordaban que mis últimos días aquí ella y yo apenas hablábamos. Intenté lucir mi mejor sonrisa antes de coger mis cosas y salir de la casa. Si ellos supieran…
Peter me esperaba al lado de un árbol que había cerca de la entrada a la casa. Me acerqué a él sin saber bien qué decir, pero él me abrazó y me dijo que se alegraba de volver a verme, sobre todo sana y salva. Me pidió perdón antes de vendarme los ojos y subirme a su espalda, echando a correr conmigo encima.
- ¡Peter! ¿Qué haces? –le comenté asustada.
- Lo siento Charlotte, también tuve que hacerlo así con Emma. Alguno de estos vampiros son capaces de leer la mente de los humanos, y no quiero que vean en la tuya el camino que seguimos para llegar a nuestro destino. Cuando estés allí te quitaré la venda. Por favor, perdóname, pero es algo que debo hacer.
Cuando lo oí decir esto me quedé más tranquila. Lo dejé llevarme a donde quiera que fuésemos. Me daba igual, pero sabía que por fin estaríamos los cuatro juntos. Sólo esperaba que los chicos no diesen problemas…

1 comentario: