Amigos Enfrentados

Amigos Enfrentados
¿Por qué se rompe una amistad?

miércoles, 17 de febrero de 2010

Capítulo 21: BATALLA

No sabíamos como habíamos llegado hasta allí ni donde nos encontrábamos, era un claro enorme, despejado y rodeado totalmente de árboles enormes que te quitaban toda la visibilidad del cielo; nos dimos cuenta de que estábamos perdidas cuando después de dos vueltas volvimos al mismo lugar, notamos movimiento a nuestro alrededor, pensábamos que eran Marc y Peter pero a quien vimos llegar fue a Elizabeth y Daniele, nos miraban con una risa de suficiencia que me ardía en mi interior, esos dos seres eran los culpables de tener que escondernos aquí con miedo por nuestras familias, de mi huida a España, mi ruptura con Marc, el engaño de Daniele, eso hacia que les aborreciera cada vez mas.
-Hola mi querida Charlotte-dijo Daniele acercándose rápidamente a mí y tocando mi cara-pensé que ya me habías abandonado- comenzó a sonreír- yo no he podido olvidarte, te quiero tanto princesa-un escalofrió recorrió mi cuerpo, cuando vi que sus labios se acercaban a los míos. Me gire hacia Emma apartando mis labios de los de Daniele y vi que Elizabeth estaba apunto de morder a Emma y Daniele también bajo sus labios a mi cuello, notando su aliento en mi cuello, cuando oí un grito que hizo que Daniele y Elizabeth se apartaran de nosotras mirando al frente, levante la cabeza y vi a Marc al lado de un enorme perro, Peter, su mirada era furiosa y su posición de ataque, habían llegado justo a tiempo, nos habían salvado del mordisco doloroso y seguramente desgarrador de Daniele y Elizabeth. Daniele me agarro de la cintura poniéndome delante de el, mirando hacia Marc y Peter y Elizabeth tiro al suelo a Emma, haciéndola golpear contra una piedra y dejarla inconsciente, eso hizo que un gruñido desgarrador saliese del pecho de Peter diese un paso hacia delante, provocando que Daniele agarrara mi cuello con fuerza, notando que mi vida acababa en ese bosque, sin poder besar por ultima vez los labios de Marc o reírme junto a mis amigos Peter y Emma, note como Marc saltaba sobre Daniele haciendo que me soltara y cayera al suelo, agarrando mi cuello de dolor, me acerque hasta Emma deslizándome por el suelo, agarrando su cabeza y colocándolas en mis piernas, intentando reaccionarla, pero no despertaba y no era capaz de encontrar su pulso… habían acabado con la vida de mi mejor amiga…
Me tire a su lado, la agarré y empecé a sollozar. Pero Peter me empujó, apartándome de ella y llevándose a Emma cogida con sus dientes, mordiéndola. Yo gritaba y gritaba, pero ambos se fueron dejándonos solos. Me giré para ver a Marc. Estaba solo, rodeado por los dos vampiros, quienes se reían de ver sus intentos por defenderse.
Marc era rápido, se movía de un lado a otro sin parar, intentando que no se le acercasen a atacarle. En sus ojos se veía el miedo que tenía. Entonces Daniele se apartó de él, dejándolo frente a frente con Elisabeth. Los dos se miraron con rabia a los ojos, mientras no se movían de su posición. Parecía que estaban midiendo sus fuerzas, y ninguno se atreviese a dar el primer paso a la lucha. Estaba tan absorta en ellos dos, que no noté como Daniele se acercó a mí, y no me di cuenta hasta que me cogió del cuello, haciéndome gritar. Marc se giró al oírme, y fue la oportunidad que estaba esperando Elisabeth para saltar sobre él. Le cogió del brazo, tirando fuertemente y mordiéndole en él, hasta hacer una marca muy profunda. Marc empezó a gritar y con su otro brazo le dio un empujón, apartándola de él y retrocediendo mientras se ponía la mano en el lugar en que ella le había mordido. Iba a gritar de nuevo, por la impotencia que sentía en ese momento, pero Daniele tapó mi boca y tiró con fuerza de mí, alejándome de aquel lugar.
Me dejé llevar porque no tenía fuerzas, me sentía derrotada, era inútil, sólo quedábamos los dos ante los dos vampiros, y yo no tenía ninguna posibilidad de salvación. Cuando estábamos algo alejados, Daniele me dejó en el suelo con suavidad, sin dejar de taparme la boca, y empezó a oler la zona de mi cuello. Comencé a llorar de nuevo, sabiendo la que se me venía encima. Había perdido toda la esperanza, así que me relajé, esperando el bocado fatal que me sacaría de este mundo. Cerré los ojos y ante mis ojos pasaron imágenes de mi vida. Cuando era pequeña, jugando con mis padres. Cuando llegué a Windsor y me recibieron mis abuelos. La primera vez que vi a Marc y Peter. Mi primer día en el instituto de aquí, cuando Emma me acogió como una amiga más…
Notaba el aliento de Daniele, cada vez más cerca, recorriendo mi cuello, buscando el punto exacto para morder. No me moví ni un poquito, para facilitarle el trabajo. Nada podía hacer para salvarme, así que lo único que me quedaba era dejarle hacer, para que todo acabase rápidamente y no alargar la agonía. Pero de pronto oí un fuerte choque sobre mí, lo que hizo que abriera los ojos y me incorporase bruscamente. Peter se había abalanzado sobre Daniele, salvándome de nuevo de una muerte segura. Mordió a Daniele en varios sitios, arrancando pedazos de su cuerpo como si fuera un peluche roto. Me quedé tan impresionada ante la escena que no pude gritar ni moverme tan siquiera. Entonces recordé a Marc. Cogí fuerzas de donde no las había, me levanté y me dirigí rápidamente a la otra zona del bosque donde se había quedado con Elisabeth.
Cuando llegué allí vi que los dos seguían en pie. Marc tenía otro par de mordidas, pero Elisabeth también tenía unas cuantas, la que más se veía era una que llevaba en mitad de la cara, donde incluso faltaban pedazos de carne. Era un espectáculo grotesco, ver aquel agujero en su cara, a pesar de que ni una gota de sangre salía de ella. Marc me oyó llegar, se giró a verme y sonreía al verme que estaba sano y salvo. Entonces se volvió hacia Elisabeth y se abalanzó sobre ella, sobre su cuello. Empezó a morderla salvajemente, mientras un rugido gutural salía de su pecho. Elisabeth gritó, intentando zafarse, pero Marc era más fuerte que ella, la redujo fácilmente mientras le seguía mordiendo por otras zonas hasta que ella, simplemente dejó de moverse.
Marc se levantó, escupiendo, como el que está comiendo algo y le desagrada el sabor. Yo seguía inmóvil, en la misma posición que desde que había llegado. Vi que el cuerpo de Elisabeth se secaba, quedando como un tronco calcinado, y las ráfagas de aire se llevaban los restos como si se tratase de polvo. Poco a poco fue desapareciendo hasta que no quedó nada de ella. Me quedé paralizada y comencé a sollozar. Por fin había sucedido. Elisabeth no estaba…
Marc se acercó a mí con cuidado. Creo que pensaba que no sabía como iba a reaccionar, así que salí corriendo y me tiré a sus brazos, llorando otra vez. Creí que iba a perderle y que no podríamos estar juntos nunca más. Creí que iba a morir y que nada por lo que había luchado merecería la pena. Pero no, seguíamos juntos a pesar de todas las adversidades. Me besó la frente y me miró a los ojos.
- Charlotte… ¿qué ha pasado con Daniele? –me preguntó con delicadeza. No quería dejar cabos sueltos.
- ¡Oh, Dios! –Me eché las manos a la cabeza- ¡Peter! Se quedó luchando contra él. Tenemos que ir a ayudarle.
Cogí a Marc del brazo y tiré de él hasta llevarlo a la zona donde había dejado a Daniele y Peter luchando. Si Marc también luchaba, habría más posibilidades de acabar con él. Pero cuando llegamos, sólo vimos como una gran cantidad de polvo era arrastrada por el aire. No había rastro de Peter por ninguna parte. Miré de un lado a otro, intentando encontrarle. No sabía donde se había metido. Marc empezó a oler detenidamente y, con suavidad, me llevó a otra zona, siguiendo el olor de Peter. Estaba tan concentrado que decidí no abrir la boca para no distraerle.
Llegamos a un claro y vimos a Peter. Volvía a tener su forma humana, y no dejaba de llorar. Tenía abrazada a Emma, que se encontraba totalmente pálida, sin vida. Su cuerpo estaba cubierto de sangre. Me acerqué a él y le abracé mientras yo también me echaba a llorar, y Marc hacía lo mismo. Peter dejó con suavidad a Emma en el suelo, mientras él estaba de rodillas, derrotado. No podía ser, había perdido a alguien más en mi vida, a mi mejor amiga, y mi novio y mi mejor amigo estaban deshechos. Ya no había nada que hacer…
Pero de pronto un ruido nos sobresaltó, haciendo que nos mirásemos, cortando nuestras lágrimas. Habíamos oído un grito. No podía ser. El grito era de Emma…

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