Amigos Enfrentados

Amigos Enfrentados
¿Por qué se rompe una amistad?

viernes, 5 de febrero de 2010

Capítulo 15: ADIOS

Gracias a mis ahorros pude alquilarme un sitio en Madrid no era gran cosa pero lo suficiente para mi sola, avise a todas mis antiguas amigas de mi vuelta a España, solo una pareció entusiasmada con mi vuelta, las demás al echarse novio se olvidaron de la amistad, había quedado con Sara por la tarde por lo que me daría tiempo a deshacer la maleta, andaba entretenida guardando todo, cuando mi móvil se puso a sonar, mire la pantalla asombrada del nombre que veía, colgué a Marc la llamada; ahora se volvía acordar de mi, después de tanto tiempo sin recibir ni una llamada ni volver a saber de él, seguramente la vampira se habría cansado ya de él, y ahora que se veía abandonado se acordaba de nuevo de la tonta y pobre humana.
Llegue a mi cita con Sara, seguía igual que antes no había cambiado nada en estos últimos meses, me recibió con un fuerte y caluroso abrazo, haciendo que mis ojos se llenaran de lagrimas, saliendo furiosamente de mis ojos, la había extrañado y necesitado tanto….me sentía tan mal por haberla abandonado tanto cuando conocí a Marc y estuve viviendo en Windsor……..sonó mi móvil y volví a rechazar la llamada de nuevo volvía a ser Marc.
-¿No lo coges Charlotte? A lo mejor era importante-me dijo Sara con duda en su cara.
-No es importante es mi……nadie importante dejémoslo así-dije agachando la mirada.
-Reina te conozco y se que si es importante para ti, se te ve en la cara y ese brillo peculiar y extraño que tienen tus ojos al ver su llamada, a mi no me puedes engañar-me abrazo-pero cuando creas conveniente contármelo yo te escuchare.
No pude evitarlo me abalance sobre ella, abrazándola fuertemente, era increíble tener una persona tan magnifica y especial como amiga, que sabia como escucharte y sacarte siempre una sonrisa.
Pasaron los meses y seguí recibiendo llamadas de Marc y ninguna era contestada; con los que si que hablaba mas a menudo eran con mis abuelos, la verdad que les echaba de menos, esto de vivir sola no tenia ninguna ventaja, no lo llevaba tan bien como esperaba el trabajo en la tienda de ropa, me dejaba molida.
Estaba en mi cama con los ojos cerrados y notando como todo mi cuerpo se relajaba y me dormía cuando sonó el timbre, me levante vagabundamente de la cama por el cansancio, abriendo la puerta, mi sorpresa fue ver allí a… ¿Marc? ¿Que hacia en España? ¿Y en mi casa? ¿Como se había enterado de donde vivía?
- ¡Charlotte! -gritó Marc abrazándome- no sabía si estabas bien. No contestabas a mis llamadas y tus abuelos no querían decirme nada sobre ti. Te he extrañado tanto…
- ¿Se pude saber qué haces aquí? -le contesté en respuesta, soltándome de sus brazos. Miré a sus ojos y sólo vi en ellos dolor, pero no me dejé engatusar- ¿cómo te has enterado de dónde vivo?
- Yo… yo rondaba la casa de tus abuelos casi todos los días, esperando saber algo de ti. Un día escuché una conversación que tuviste con ellos por teléfono, y oí que estabas de nuevo es España, en Madrid para ser más concretos… y no lo pensé, vine a por ti, porque te echo de menos Charlotte, no puedo vivir sin ti.
- ¿Y ahora vienes sólo para decirme esto? -le contesté indignada. No podía creerlo, podía haberse dado cuenta antes y no haberme dejado sola mientras estuve en Windsor- ¿qué pasa, que tu amiguita te ha dejado y ahora te acuerdas de la pobre, aburrida e insulsa Charlotte? Pues te has equivocado de persona. No soy de las que dan segundas oportunidades. Me hiciste mucho daño Marc, no podría soportar que me hicieras lo mismo de nuevo -él me miró suplicante, tal vez no se esperaba esa reacción de mí, pero ¿qué otra cosa podía hacer?- Será mejor que te vayas Marc. Aquí no tienes nada que hacer.
- ¡Por favor, Charlotte, no me hagas esto! Elisabeth no ha sido nada para mí, mientras estaba con ella no podía dejar de pensar en ti. Te lo suplico, por favor, perdóname. -me cogió del brazo y cayó de rodillas al suelo mientras se echaba a llorar. Me conmovía el verlo sufrir así, pero yo lo había pasado muy mal, no iba a caer de nuevo en sus brazos sólo porque él apareciese así en mi vida de nuevo, diciéndome cuanto me había extrañado.
- Lo siento Marc, pero como te he dicho, no tienes nada que hacer aquí. Será mejor que te vayas.
El me miró, con sus ojos bañados en lágrimas. Tenía tantas ganas de abrazarlo, besarlo… pero no, nunca había sentido tanto dolor como cuando él me abandonó y aunque sabía que nunca amaría a nadie como a él, prefería estar sola a pasarme la vida pensando que me volvería a hacer lo mismo en cualquier momento.
Me mostré fría y distante para que entendiese que mis palabras iban en serio. Él se levantó, resignado, pero sin dejar de llorar, y se marchó. Yo me asomé por la puerta para verlo marcharse, pero él se giró de nuevo y me miró destrozado.
- Conseguiré que me perdones, Charlotte, aunque sea lo último que haga en esta vida. Sé que aún me quieres, lo noto en los latidos de tu corazón cuando me acerco a ti. Es como música para mis oídos. No cesaré en mi empeño hasta que vuelvas a ser mía y yo tuyo. Nadie podrá separarnos de nuevo. Te juro que lo haré Charlotte. Nadie me hace sentir como tú…
Me miró durante unos momentos más mientras yo me perdía en sus palabras. Reflejaban un dolor inmenso, casi tan mayor como el mío, y aunque no quería dejarlo ir, era lo mejor para los dos. Algún día se cansaría y me dejaría en paz. Ya estaba resignada…
- No quiero volver a verte, Marc. Será mejor que no te acerques de nuevo a mí. No quiero saber nada que tenga que ver contigo. Por eso me vine a España, para dejar todo lo que me recordase a ti atrás. Quiero que me dejes en paz.
Marc soltó un gritito desgarrador mientras comenzaba a sollozar, esta vez más fuerte. A mí cada vez me producía más dolor verlo así, pero no podía echarme atrás.
- Adiós, Marc… -fueron mis últimas palabras antes de cerrar la puerta, dejando al amor de mi vida al otro lado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario